Sólo un secreto (Sólo tú 2), de Simona Ahrnstedt

Solo un secreto

Vuelve la reina de la novela romántica sueca.

Solo un secretoes la segunda entrega de «Solo tú», una serie tal ardiente como adictiva.
A Alexander De la Grip, apuesto hijo menor de una de las familias más distinguidas de la nobleza sueca y miembro de la jet set internacional, aparentemente solo le importan dos cosas: la diversión y las mujeres.

La doctora Isobel Sørensen está acostumbrada a enfrentarse a todo tipo de situaciones en campos de refugiados y zonas en guerra. Sin embargo, cuando averigua que la organización humanitaria que fundó su abuelo sufre graves problemas económicos, se siente perdida y traicionada. El principal inversor, Alexander, ha interrumpido las donaciones y lo más probable es que se trate de una venganza personal.

Isobel y Alexander se sienten poderosamente atraídos desde el primer momento, pero ¿están preparados para entrar en un juego que les obligará a desvelar sus secretos más íntimos? Secretos que tienen que ver con el control. Con dejarse llevar. Hasta el final.

Sí hay algo que realmente marca la diferencia, es eso basicamente: Ser diferente o al menos intentarlo. Dentro de la novela romántica actual, todo se basa en un estilo definido y todos parecen que vienen con un guión determinado. Sin embargo, desde la novela sueca, viene algo marcando está diferencia: Simona.

Simona, no huye de los tópicos de la chica «humilde» del joven adinerado. Del cual uno quiere enamorarse, mientras el otro intenta huir de todas las formas posibles. Aquí, nos encontramos con Alexander, un duque mujeriego y vividor, conocido por sus innumerables conquistas y que ninguna presa se le resista. Hasta que conoce a su último fIlechazo.

Aquí dejará de ser un hombre guapo, divertido y adinerado, para convertirse en un hombre divertido, tierno, detallista y entregado, con partes oscuras, dolido y desorientado. Es decir, un personaje que a medida que vamos leyendo la historia va cambiando y amoldándose a la situación que se le ha planteado.

Isobel, sin embargo, es una doctora de gran trayectoria, con una talla normal (¡42! Ya va siendo hora de que físicamente alguien me represente), serena, inteligente y entregada la organización que fundo en su tiempo su abuelo.

De esta novela, me ha encantado todo, desde sus secundarios personajes, que dejan huella en los diferentes momentos. El contexto, lógicamente siendo sueca, es bonito tener ese recuerdo hacia aquel lugar que tanto conoce.

Si algo debo de señalar es que es una lectura muy bien desarrollada, serie, responsable, realista y romántica. Un juego de posturas que harán las delicias de muchos. No podemos tampoco olvidar que tiene sus pinceladas de erotismo, acción y conciencia, que dan como resultado final una novela adictiva. Quiero seguir conociéndola.

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